El artículo «Applications of ISO-13660, A New International Standard for Objective Print Quality Evaluation» escrito por John C. Briggs, Alice H. Klein y Ming-Kai Tse, profundiza en la implementación y ventajas del estándar ISO-13660, que busca establecer un criterio unificado y objetivo para la evaluación de la calidad de impresión (PQ) en la industria. El estándar, desarrollado para abordar la falta de uniformidad en la medición de atributos de impresión, define catorce atributos básicos, incluyendo atributos de caracteres y líneas como borrosidad, irregularidad, ancho de línea y oscuridad del carácter; y atributos de áreas grandes como oscuridad, grano y moteado.
El ISO-13660 tiene por objetivo facilitar la comunicación sobre la calidad de impresión entre diferentes departamentos y compañías al proporcionar procedimientos de medición claros y sistemáticos, fácilmente adaptables a la automatización. Este estándar es adaptable a diversas tecnologías de impresión y no requiere un dispositivo de medición específico, siempre que cumpla con ciertos requisitos de digitalización.
Uno de los puntos fuertes del estándar es la implementación de técnicas de medición estandarizadas y el uso de unidades calibradas de espacio y densidad, lo que permite comparaciones precisas entre diferentes sistemas y mejora la repetibilidad de los resultados. Por ejemplo, la técnica para medir el ancho de línea se basa en un umbral de transición del 60% entre los valores máximos y mínimos de reflectancia del sustrato blanco y del colorante negro, lo que se adapta bien a variaciones en la luminosidad del papel o la oscuridad de la tinta.
A nivel práctico, el estándar ha sido incorporado en sistemas comerciales de análisis de calidad de impresión, como la solución desarrollada por QEA, Inc. El sistema QEA se configura generalmente con una cámara CCD y un escenario de movimiento X-Y automatizado, lo que permite una evaluación precisa y eficiente de la PQ en una variedad de aplicaciones, desde el desarrollo de motores de impresión hasta la evaluación de medios.
El uso extensivo del ISO-13660 en aplicaciones reales ha puesto de manifiesto tanto sus ventajas como sus limitaciones. Entre los beneficios se encuentran la estandarización de las metodologías de medición y la capacidad de comunicar resultados de manera efectiva. Sin embargo, hay áreas que requieren mejoras, como la definición de la irregularidad, que no especifica límites en la finura del muestreo ni en la longitud máxima del segmento de línea muestreado, lo que puede llevar a discrepancias en los resultados. Además, se sugieren mejoras en las metodologías de medición de borrosidad, grano y moteado para hacerlas más robustas y pertinentes a diferentes problemas de calidad de impresión.
En términos de implementación, ISO-13660 supone que las imágenes a ser analizadas serán adquiridas digitalmente, permitiendo el uso de diversos dispositivos como escáneres de cama plana, microdensitómetros o cámaras CCD, siempre que cumplan con una resolución mínima de 600 dpi. Esto ofrece flexibilidad en la elección del dispositivo acorde a las necesidades específicas y los costos asociados de cada aplicación.
El artículo concluye subrayando la importancia crítica del ISO-13660 para la industria de impresión, no solo por proporcionar un léxico y una metodología común, sino también por trasladar el foco del debate desde la definición y validación de técnicas de medición hacia la mejora del rendimiento del producto. A medida que la adopción del estándar se expanda, se anticipa que se harán mejoras y adiciones, consolidando aún más su rol en la evaluación de la calidad de impresión.
