Ultraviolet light and its use with fluorescent minerals

El artículo «Ultraviolet Light and its Use with Fluorescent Minerals» escrito por Alan Wilkins ofrece un detallado análisis sobre la fluorescencia en minerales activada por luz ultravioleta (UV). Wilkins comienza resaltando que aunque la búsqueda de color en los minerales es una actividad de largo plazo en la historia humana, el fenómeno de la fluorescencia es relativamente reciente en términos de descubrimiento y aplicación. De los aproximadamente 4,200 minerales identificados, unos 566 son conocidos por ser fluorescentes. Este fenómeno fue nombrado por Sir George Stokes en 1852 y se refiere a la emisión de luz visible por ciertos minerales al ser iluminados por luz UV invisible.

La fluorescencia ocurre cuando átomos «activadores» en un mineral absorben radiación UV y elevan un electrón a un nivel energético más alto y menos estable. Este electrón, al regresar a su estado original, emite la energía excedente como luz visible. Cabe mencionar la ley de Stokes, que establece que la luz emitida en la fluorescencia debe ser de menor energía que la luz absorbida previamente, lo que significa que la longitud de onda de la luz visible emitida es mayor que la de la luz UV absorbida.

El documento también abarca el concepto de fosforescencia, que es el brillo persiste tras apagar la fuente de UV, debido a procesos atómicos que impiden que los electrones descarguen su energía rápidamente. Este fenómeno se puede detectar en algunos minerales por periodos extintos, dependiendo muchas veces de defectos en la estructura cristalina o impurezas.

Wilkins resalta la complejidad de la fluorescencia indicando que no todos los minerales muestran este fenómeno. Esto puede deberse a varias razones: algunos minerales no permiten la penetración de luz UV, otros disipan la energía absorbida en forma de calor, y algunos minerales pueden ser transparentes al UV o emitir luz en rangos no visibles al ojo humano (infrarrojo o UV).

La técnica de recolectar minerales fluorescentes es sugerida realizar durante la noche para maximizar la visibilidad del fenómeno. Se recomienda el uso de lámparas UV modernas y potentes, cuidado con la seguridad del entorno, y estar equipado con herramientas fluorescentes para evitar la pérdida de equipos.

El autor menciona momentos históricos donde la fluorescencia tuvo un pico de interés comercial, como durante la Segunda Guerra Mundial y el auge de la energía nuclear en los 1950s. La luz UV se utilizó para explorar y extraer minerales estratégicos como la scheelita para tungsteno y uranio. Estos desarrollos industriales contribuyeron también a una mejor comprensión de la fluorescencia y la producción de equipos más eficientes para su observación.

Finalmente, Wilkins subraya la fascinación y el valor coleccionista de los minerales fluorescentes, destacando localidades famosas como Franklin en Nueva Jersey, conocida como la «Capital Mundial de Minerales Fluorescentes».

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