El artículo de Roy S. Berns, «The Proper Use of Indices of Metamerism», publicado en diciembre de 2008, aborda una cuestión fundamental en la ciencia del color: la evaluación de la calidad del emparejamiento de colores usando índices de metamerismo. Metamerismo se refiere al fenómeno en el cual dos colores pueden aparecer iguales bajo ciertas condiciones de iluminación pero diferentes bajo otras. Los índices de metamerismo permiten medir la calidad de este emparejamiento en diferentes condiciones, proporcionando información vital para industrias que dependen del control preciso del color.
Berns distingue entre dos tipos principales de índices de metamerismo: los generales, basados en espectros, y los especiales, basados en colorimetría. Los índices generales no requieren corrección paramétrica y se calculan directamente a partir de los datos espectrales de los materiales. En contraste, los índices especiales dependen de obtener una coincidencia colorimétrica exacta mediante correcciones paramétricas antes de su cálculo, lo cual puede incluir ajustes espectrales o colorimétricos.
El artículo resalta la importancia de interpretar correctamente los índices de metamerismo, ya que estos pueden ser engañosos si no se consideran adecuadamente las diferencias de color bajo condiciones de referencia. Un índice de metamerismo bajo combinado con una gran diferencia colorimétrica bajo la condición de referencia trae una interpretación diferente a la de un índice de metamerismo alto con una pequeña diferencia de color bajo la misma condición. Berns ilustra esta problemática a través de ejemplos usando pinturas de artistas en colores azul, amarillo y magenta que se combinan para igualar un gris no selectivo espectralmente.
Berns enfatiza que los índices especiales de metamerismo deben calcularse solo cuando las diferencias de color bajo la condición de referencia son pequeñas, sugiriendo un umbral, por ejemplo, ΔEab ≤ 5 (una medida de diferencia de color). Fuera de este rango, los índices pueden llevar a malas interpretaciones, subrayando la limitación de estos índices cuando la diferencia de referencia es apreciable. Este punto se ejemplifica con el uso de diversas técnicas en la optimización de ajustes paramétricos y espectrales para minimizar el metamerismo.
Además, el autor critica la práctica de evaluar emparejamientos de color basados exclusivamente en índices sin considerar la visualización de los espectros. Esta crítica se apoya en la evaluación de resultados que, en su opinión, no reflejan adecuadamente la percepción visual humana. La argumentación se refuerza con un estudio reciente sobre criterios de emparejamiento instrumental donde se concluye que mirar los gráficos espectrales junto con los índices es esencial para una evaluación precisa y completa.
A través del uso de casos y ejemplos, Berns argumenta que la combinación de métricas espectrales y colorimétricas puede optimizar la evaluación del metamerismo, pero recalca que los índices deben usarse dentro de un contexto donde las diferencias de color bajo las condiciones de referencia sean relevantes y interpretables. Esta profunda mirada técnica y metodológica aporta claridad sobre cuándo y cómo deben aplicarse los índices de metamerismo para evitar errores y asegurar la precisión en el control de calidad del color.