El artículo titulado «Infrared reflectography, an NDT technique for images diagnosis» de Obrutsky y Acosta, presenta una rigurosa exploración de la reflectografía infrarroja, una técnica óptica no destructiva para el diagnóstico de imágenes en el contexto de bienes culturales. Esta técnica se utiliza específicamente para analizar obras de arte, como pinturas, permitiendo descubrir detalles ocultos bajo la capa pictórica.
La reflectografía infrarroja se basa en la utilización de radiación no visible que atraviesa la capa de pintura y se refleja en la base o preparación de la obra, la cual es captada por una cámara CCD con filtros adecuados. Esta radiación reflejada se convierte en una imagen visible a través de un programa de integración. Las imágenes resultantes, llamadas reflectogramas, ofrecen una vista integrada tanto de la superficie como del interior de la obra, revelando trazos ocultos, firmas, inscripciones, restauraciones y arrepentimientos del artista .
El éxito de esta técnica está determinado por la capacidad de los diferentes pigmentos en la capa pictórica de absorber la radiación infrarroja. Dos factores clave afectan la visualización del dibujo original: el contraste y la transparencia. El contraste depende del material usado en el dibujo y la reflectividad de la base, mientras que la transparencia está determinada por las capas de pintura y la composición de los pigmentos .
El artículo describe el equipo empleado para obtener las imágenes, que incluye una cámara CCD montada en un dispositivo de barrido capaz de operar desde el ultravioleta hasta el infrarrojo cercano, abarcando un rango de 320nm a 1550nm. La fuente de luz utilizada es una lámpara halógena, lejos de sofisticaciones tecnológicas innecesarias pero efectiva para el propósito .
Un análisis detallado de una pintura demuestra cómo la reflectografía infrarroja puede revelar bocetos originales debajo de la capa pictórica, invisibles a simple vista, evidenciando los arrepentimientos y cambios del artista durante el proceso creativo. Este caso de estudio valida la técnica como herramienta crucial en la conservación y autentificación de obras de arte .
El artículo resalta también el desarrollo tecnológico y los avances en la reflectografía infrarroja, desde el uso de películas sensibles al infrarrojo en la década de 1930 hasta la adopción de cámaras de video en los años 70, y actualmente, cámaras CCD de alta resolución. Cada uno de estos avances ha mejorado significativamente la calidad de las imágenes reflectográficas, aunque la implementación de sistemas como el MU.S.I.S 2007 ha supuesto un salto cualitativo notable en la eficiencia y precisión del análisis .
En conclusión, la reflectografía infrarroja se establece no solo como una técnica fundamental para el diagnóstico no destructivo en la investigación y conservación de arte, sino también como una herramienta completa que brinda información crucial para historiadores y restauradores. Esta técnica no solo permite visualizar detalles ocultos bajo la capa pictórica, sino que también contribuye a la autentificación y evaluación del estado de conservación de las obras de arte .
