En el artículo titulado «How metamer mismatching decreases as the number of colour mechanisms increases with implications for colour and lightness constancy» escrito por Logvinenko, Alexander D.; Funt, Brian; Godau, Christoph en agosto de 2015, se examina cómo la invarianza en la percepción del color y la luminosidad se ve afectada por el fenómeno del desajuste metamérica—cuando diferentes objetos generan la misma señal visual bajo una iluminación pero distintas bajo otra.
El estudio parte de la problemática de la constancia del color, un fenómeno en el cual los colores de los objetos permanecen relativamente constantes bajo diferentes condiciones de iluminación. Este fenómeno presenta un desafío significativo para la teoría de la visión del color. La razón radica en la imposibilidad física de una transformación inversa que compense completamente los efectos del cambio en la iluminación debido a que dos objetos pueden producir las mismas excitaciones en los conos bajo una fuente de luz, pero diferentes bajo otra. Esta variabilidad se debe al desajuste metamérica, que se muestra como un volumen de desajuste metamérica en el espacio de excitación de los conos.
Los autores cuantifican el desajuste metamérica mediante un índice que compara el volumen de las excitaciones de los conos bajo diferentes iluminantes. Se encuentra que este índice es considerablemente menor para los tricromatos que para los dicromatos, y es máximo para los monocromatos. Esto implica que el desajuste metamérica es mayor en la visión monocromática y disminuye con un incremento en el número de mecanismos de color. Dado que el desajuste metamérica impone límites en la constancia del color, también afecta la percepción de la luminosidad, entendida como una propiedad perceptual de los objetos reflejantes.
Se aborda también la constancia de la luminosidad, definida como la capacidad de un objeto de mantener su percepción de reflectancia (albedo) bajo diferentes iluminaciones. Sin embargo, esta definición está cuestionada debido a que el albedo no es una característica intrínseca del objeto reflejante, sino que varía con la iluminación. Por ejemplo, los objetos que son equiluminantes bajo una fuente de luz pueden dejar de serlo bajo otra, generando un intervalo de albedos posibles. Los resultados mostraron que la percepción acromática en los tricromatos presenta menor variabilidad inducida por desajustes metamérica en comparación con los monocromatos, lo cual sugiere que añadir más mecanismos de color mejora la constancia perceptual de la luminosidad y del color.
Finalmente, se concluye que para alcanzar una percepción más constante del color y la luminosidad con cambios en la iluminación, es ventajoso tener más de un canal de procesamiento del color. Este hallazgo desafía la idea de que la percepción acromática sea solo el resultado de un canal único e indica que una estructura tricromática podría ofrecer percepciones más robustas frente a variaciones lumínicas.
Los autores proponen que en lugar de enfocarse en alcanzar la inalcanzable constancia perfecta del color y la luz, sería más práctico investigar y entender las inconstancias de estas percepciones, reconocidas como efectos inevitables del desajuste metamérica y la interacción entre el objeto y la luz.