El artículo titulado «Diseño de un colorímetro triestímulo a partir de una cámara CCD-RGB,» escrito por Francisco Miguel Martínez Verdú y otros en 2001, presenta una investigación innovadora en el campo de la colorimetría, la cual se centra en la creación de un dispositivo capaz de medir y reproducir el color con precisión. Este proyecto surge de la necesidad de perfeccionar instrumentos que puedan replicar las respuestas visuales humanas ante diferentes estímulos cromáticos.
El colorímetro triestímulo propuesto se basa en una cámara CCD-RGB, un dispositivo generalmente utilizado en fotografía digital que capta imágenes mediante sensores de carga acoplada (CCD). Una de las grandes ventajas de utilizar esta tecnología es que las cámaras CCD han avanzado considerablemente, ofreciendo alta resolución y precisión a un costo relativamente bajo en comparación con otros instrumentos colorimétricos tradicionales como el espectroradiómetro. Estos dispositivos tienen la capacidad de medir la distribución espectral de la potencia radiante, pero a menudo resultan costosos y complicados de operar.
La investigación aborda numerosas facetas técnicas y metodológicas que se centran en cómo adaptar una cámara CCD-RGB para convertirla en un colorímetro funcional. Un aspecto crucial del estudio es el desarrollo de un modelo de calibración metrológicamente adecuado, que permite traducir los datos obtenidos por la cámara (codificación ND) a valores triestimulares estándar (tXYZ) utilizados en la especificación del color. Este modelo de calibración considera varios parámetros operativos y factores de incertidumbre que pueden afectar la precisión y exactitud de las mediciones.
Desde un punto de vista estructural, el diseño del colorímetro incluye múltiples componentes esenciales para asegurar la fiabilidad de la medida del color. Se detallan procedimientos experimentales rigurosos para la caracterización espectral de la cámara, así como técnicas para determinar la respuesta espectral completa de los sensores y la verificación de la ley de reciprocidad. Estos pasos son fundamentales para garantizar que las medidas obtenidas reflejen fielmente los estímulos visuales reales.
Además, se exploran diferentes métodos para la creación de perfiles colorimétricos que permiten la conversión de los datos RGB capturados por la cámara a espacios de color estandarizados como el CIE-1931 XYZ. Esto incluye un análisis exhaustivo de cómo ajustar el balance de blanco y la normalización de las sensibilidades espectrales para optimizar la precisión colorimétrica. La capacidad de generar metámeros—colores que parecen idénticos bajo ciertas condiciones de iluminación pero tienen distribuciones espectrales diferentes—también se discute como una funcionalidad avanzada del dispositivo propuesto.
Una parte significativa del análisis se dedica a la evaluación teórica y empírica del nivel de reproducción del color del colorímetro. Se investigan tanto las estimaciones teóricas de precisión como los resultados empíricos obtenidos con distintas configuraciones del instrumento, lo que proporciona una visión completa de sus capacidades y limitaciones.
En conclusión, el artículo de Martínez Verdú y sus colaboradores representa un avance notable en la metrología del color, demostrando cómo una cámara CCD-RGB, comúnmente accesible y económica, puede ser transformada en un dispositivo altamente preciso para la medida y reproducción del color. Su investigación no solo propone un nuevo método para la caracterización colorimétrica, sino que también establece un puente entre la tecnología digital y la ciencia del color, abriendo nuevas posibilidades para aplicaciones científicas e industriales .
