La digitalización del patrimonio cultural se está convirtiendo en una herramienta esencial para salvaguardar las herencias intangibles, especialmente en países como China, donde la juventud está a la vanguardia de esta faceta de conservación. En medio de un mundo aceleradamente tecnológico, jóvenes artistas y creadores de contenido juegan un papel crucial en la promoción y preservación de las tradiciones culturales, utilizando plataformas digitales y medios sociales como Bilibili y Kuaishou.
Lang Jiaziyu, una joven proveniente de una familia de escultores de masa, es un ejemplo del proceso de transformación cultural mediante la tecnología. Desde joven, estaba apasionada por el arte tradicional, pero se enfrentaba al desafío de cómo mantener viva esta forma de arte en tiempos modernos. Fue el uso de tecnología avanzada, como el escaneo 3D para catalogar sus obras, lo que no solo protegió estas piezas, sino que también le permitió compartir este patrimonio intangible a un público más amplio, consiguiendo así millones de fans online.
El interés y la interacción con la cultura tradicional no es solo local, sino un fenómeno compartido a nivel mundial, donde plataformas como Facebook y TikTok también sirven para la diseminación cultural. Grupos como «Social Distance Powwow» en Facebook permiten a los jóvenes compartir tradiciones culturales nativas americanas y crear consciencia sobre sus patrimonios.
Feng Ji, productor del famoso juego «Black Myth: Wukong», destaca cómo la tecnología digital tiene ventajas naturales para promover el desarrollo y la difusión de la cultura tradicional, facilitando a los jóvenes el acceso y apreciación de estas mediante videojuegos. Asimismo, Zhou Min, decano asistente de la Escuela de Periodismo y Comunicación de la Universidad Normal de Beijing, afirma que aunque el patrimonio cultural intangible puede ser frágil, con la tecnología digital, puede obtener resiliencia y evolucionar en nuevos contextos.
El interés de la juventud en dichas actividades no solo promueve la herencia cultural sino que también fomenta el talento y la creatividad dentro del sector cultural de China, alentando un renacimiento cultural contemporáneo. Al aprovechar las herramientas tecnológicas, la juventud ha emergido como guardiana y embajadora del patrimonio cultural, asegurando que estas tradiciones sigan siendo relevantes y accesibles para las generaciones futuras.