En un reciente viaje de periodistas africanos a China, organizado por la China Media Group en el marco de la campaña de socios mediáticos China-África, se destacó cómo este país ha logrado fusionar su rica herencia cultural con tecnologías avanzadas para atraer tanto a turistas locales como internacionales. La iniciativa, que tuvo una duración de diez días, permitió a los periodistas explorar diferentes regiones de China y observar de primera mano los métodos utilizados para conservar el patrimonio cultural.
China ha implementado tecnologías de vanguardia como el escaneo 3D, archivos digitales y realidad virtual para preservar su patrimonio cultural. Estos avances permiten que los hitos y tradiciones ancestrales se conserven para futuras generaciones y se hagan accesibles a turistas globales. Un ejemplo destacado es el Templo Shaolin, donde se ha utilizado la tecnología para mantener el diseño arquitectónico original, la caligrafía de los monjes en las paredes, las esculturas sagradas y las habitaciones utilizadas para la práctica del Kung Fu Shaolin y actividades de culto.
Adicionalmente, Henan, conocida como la Tierra del Drama en el condado de Zhong Mou, ha generado ingresos significativos a partir del turismo cultural. En agosto, recaudó aproximadamente 903 millones de KSh (50 millones de yuanes) gracias a los turistas que acudieron a sus 21 estudios de drama.
Otra faceta impresionante de la conservación cultural en China es la intersección de sus prácticas gastronómicas tradicionales con la experiencia turística. Cada provincia se convierte en una narrativa viviente donde la comida cuenta historias ancestrales, desde los ñames chinos al vapor hasta los fideos de cristal Zen y el pato de Bianjing asado con madera de azufaifo.
Un componente clave de la estrategia china ha sido el robusto apoyo gubernamental y la inversión en instituciones culturales y creativas. El gobierno no solo financia la preservación del patrimonio tangible e intangible, sino que también promueve su marketing como parte de la identidad nacional. Esta política ha resultado en un flujo constante de turistas y en la sostenibilidad económica de artistas y profesionales del sector cultural.
El artículo concluye que los países africanos, y en particular Kenia, pueden aprender valiosas lecciones de la experiencia china en la preservación y promoción de su patrimonio cultural. Inculcar el amor por la cultura desde una edad temprana y desarrollar políticas de apoyo e inversión en el sector cultural son pasos esenciales para garantizar que las generaciones futuras no solo conserven, sino que también celebren y rentabilicen su herencia cultural.