La digitalización del patrimonio cultural es un proceso que transforma la forma en que este es preservado y difundido a nivel global. En un reciente análisis presentado en las «Sesiones de Transformadores» del programa «Piensa Digital», se examina el papel que la tecnología desempeña en la salvaguarda del patrimonio cultural frente a los desafíos contemporáneos. Este artículo, liderado por el periodista Martín Cifuentes y con la participación de Antonio Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo de ICOM (Consejo Internacional de Museos), explora cómo la tecnología se está convirtiendo en el eje central de las operaciones museísticas modernas.
Una de las principales áreas de transformación se halla en la digitalización de colecciones. Este proceso no solo implica la creación de bases de datos digitales, sino también la reproducción virtual de artefactos mediante modelos 3D y el uso de inteligencia artificial para catalogar y gestionar el patrimonio. Estas herramientas tecnológicas permiten no solo la conservación física del patrimonio, sino también su accesibilidad a un público más amplio a través de plataformas digitales, mejorando así la difusión del conocimiento.
Adicionalmente, tecnologías emergentes como la realidad aumentada y la realidad virtual ofrecen nuevas dimensiones para la experiencia del museo, permitiendo a los usuarios interactuar con las colecciones de manera más inmersiva. Estas aplicaciones no solo amplifican la experiencia educativa, sino que también posibilitan una mayor inclusión, permitiendo el acceso a contenidos a personas que físicamente no pueden visitar los museos.
Sin embargo, la digitalización del patrimonio cultural no está exenta de desafíos. La protección de derechos de autor digitales, la sostenibilidad económica de las plataformas tecnológicas y la garantía de un acceso igualitario son algunas de las complejidades que las instituciones deben abordar. Antonio Rodríguez destaca la necesidad de crear alianzas estratégicas con el sector privado para afrontar estos obstáculos, asegurando que la implementación tecnológica sea efectiva y sinérgica.
El encuentro concluye subrayando la importancia de que las instituciones culturales estén abiertas a adoptar innovaciones tecnológicas y a incorporarlas adecuadamente en sus estrategias de conservación y difusión. Esto no solo mejora la eficiencia de las operaciones interna de los museos, sino que también abre nuevas oportunidades de colaboración y participación en la era digital.
La digitalización del patrimonio cultural, por consiguiente, se presenta como un esfuerzo necesario y continuo para asegurar que los tesoros culturales del pasado sean resguardados y disfrutados por las generaciones futuras, superando las barreras tradicionales de acceso y comprensión a través de un enfoque modernizado y accesible.